En la escena que se presenta en este texto (Lucas 4,14-30), Jesús dice por primera vez en público que él es el Mesias. Y muchos no lo pueden creer. A lo largo de su vida pública irá revelando su mensaje poco a poco: con parábola, milagros...
Así, cuando va a Jerusalém, en el primer domingo de ramos, todo le aclaman. Desde ese día hasta el viernes, Jesús habla de si mismo y de los demás con tosa claridad, tanta que, de alguna forma, desborda la capacidad de los que le oyen. Y le crucifican.
Recordad, para el próximo domingo Lucas 4, 31-37:)
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